Que no te extrañe verlos copular constantemente, da lo mismo que la hembra ya esté poniendo huevos; esto pasa con todas las especies de fásmidos. Las hembras, tras realizar la última muda y pasar a imago, comienzan a desarrollar huevos sin parar durante el resto de su vida, independientemente de si los fecundan o no los machos.
En caso de haber cópula, el macho pasa esperma a la hembra (muchas veces en una especie de recipiente llamado espermatóforo) y esta va disponiendo de dichas reservas para ir fecundando los huevos, pero obviamente se acaba gastando. Por eso sigue segregando feromonas constantemente para atraer a los machos y favorecer las cópulas.
En caso de no haber cópula, la hembra desarrollará igualmente los huevos y los depositará. Si la especie tiene capacidad de desarrollar huevos partenogenéticos pues nacerán más o menos ninfas; y si por el contrario se trata de una especie que no tenga esta habilidad, pues no nace ninguno.
En la mayoría de especies lo normal es que las hembras tarden de 2 a 4 semanas (tras la última muda) en empezar a poner huevos, independientemente de las cópulas.